jueves, 23 de abril de 2009

Grandes cosas que pasan que no hacen ruido

En el marco de la programación de Cosmopoética 2009 y dentro del ciclo “Trovadores ii. Plurilingües”, actuaron el pasado miércoles 15 Toli Morilla, Susana Raya y Rogelio Botanz.

En una noche fría, que invitaba a quedarse en casa y no aventurarse en paseos más allá de la cocina, me considero afortunado de despegarme del sofá e ir, en la mejor de las compañías, a la Sala Orive Afortunado por despejar incógnitas, por lo menos dos. Digo dos, porque Susana Raya es de sobras conocida y no sólo en Córdoba, sino cuando menos en los circuitos de Jazz existentes en España.

Rompió el hielo Toli Morilla. La influencia de Bob Dylan, de quien va a publicar próximamente un disco con versiones en asturiano, se deja sentir desde el primer acorde que esgrime con su guitarra. Pero esa influencia, no deja de ser una pincelada en la paleta de este artista. Buen cantante y magnífico guitarrista, su intervención nos hizo ver como, desde la esencia de lo local, se llega a lo universal.

Continuó Susana Raya. Nuestra Susana. Bueno, nuestra y de medio planeta. Retenerla en Córdoba es como ponerle puertas al campo. Hace tiempo voló para trabajar su talento, perfeccionarlo, pulirlo… Lo que ha ganado en técnica, no lo ha perdido en frescura. Nos regaló cuatro temas suyos y un “Romance de la Pena Negra” que te pellizca el alma. Cercana, directa, con una pose de “Esto es lo que hay…” que no es en modo alguno chulería, sino la sinceridad de quien propone un discurso musical sin artificios, cimentado en el trabajo y el conocimiento de su arte. Para los que solo la habíamos oído cantar “estándars” (esta señorita lo mismo te lleva a ver al “Abuelo” Gershwin, que te acerca a los “titos” Hartman-Coltrane, que te canta el “Zina” de Djavan sin despeinarse), ha sido una enorme sorpresa comprobar que, encima, hay una potente autora.

Y cerró el recital el muy eminente Sr. Rogelio Botanz. Tipos como él, deberían estar recomendados por la OMS, la UNESCO, el SAS y hasta la AUCORSA. Es medicina para el alma. Bajo la apariencia de un luchador grecorromano, un individuo de fuerte -no por brusco, sino por pronunciado- acento vasco en el habla y un suave acento canario en el cante, dio todo un Master de cómo la diversidad cultural no sólo no separa al hombre, sino que lo acerca. Con él, los discursos de verdades absolutas acerca de Patrias tipo “una, grande y libre”, suenan a “Pipas, chicles, caramelos, tabaco…”. Didáctico, pedagógico, tierno, cachondo, poeta, cómico de la legua –también de la lengua-, lenguaraz, vasco, segoviano, canario. Todo eso es el bueno de Rogelio. Nada más y nada menos. Parafraseando al filósofo, diré de Rogelio Botanz: “Yo, en todo verdadero sabio he visto un niño que corretea en el mundo de las ideas y las cosas, que crea generosas y brillantes burbujas a las que él mismo hace estallar. En los chispeantes ojos de todo verdadero sabio he visto danzar hacia el futuro los pies ligeros de la alegría”.

Si lees esto, estás navegando por la red. Te invito a que visites estos enlaces que, además, te llevan a conocer un vasto mundo de talento.

www.myspace.com/susanaraya
www.myspace.com/rogeliobotanz
www.myspace.com/tolimorilla


Gracias al Ayuntamiento de Córdoba y, en particular, a Luis Medina por traer gente de este fuste. Verles y escucharles, te acerca a esa utopía que llamamos “Felicidad”. Salgamos de la caverna y exploremos el mundo de las ideas.


Salud y República